• Divina Pastora de las Almas

    Rezando una noche en el coro bajo del convento de los capuchinos, fray Isidoro de Sevilla tuvo una visión, en la que vio a la Virgen portando atributos pastoriles; vestida de pastora y tocada con un velo y sombrero caído a la espalda, coronada por ángeles, rodeada de ovejas y acompañada del Cordero Místico.

     

    Fue el propio fray Isidoro quien predicó la devoción en Carmona a comienzos de 1707 y difundió sus preceptos mediante una imagen de talla, la segunda de las realizadas tras la de santa Marina de Sevilla.

     

    La Divina Pastora de las Almas, atribuida a Juan del Castillo hacia 1709, es una imagen de talla con brazos articulables, preparada para ser vestida. Sentada en un risco acaricia dos ovejas, mientras que en su mano izquierda porta báculo de plata y, sobre la sien, peluca de pelo natural y sombrero de paja.

     

    Rostro y manos, al ser los únicos visibles, son los elementos mas trabajados, con impecable facturada de ejecución, muy filiformes de composición, encarnados con pálidos y sonrosados tonos que han sido pulidos como es de costumbre en la fecha, aporcelanados.

     

    La talla posee un amplio ajuar de tejidos y elementos decorativos procedentes, en su mayoría, del siglo XVIII.

     
     
     
     
     
     
     
     

    Salve Pastora querida

    cuya caridad te mueve,

    dejando noventa y nueve,

    buscar la oveja perdida.

    Salve fuente de la vida,

    salve, bellísima aurora,

    porque, en la última hora

    de su vida, el Sumo Rey

    de toda humana grey

    te constituyó Pastora.

    V.P. Fray Isidoro de Sevilla, OMFCap.